La Fundación Linux ha levantado el telón de sus cuentas de 2025, y los datos son tan interesantes como reveladores. No solo hablan de dinero. Hablan de prioridades, de cómo se sostiene el ecosistema del software libre y de qué papel juega, en todo esto, el kernel de Linux.
Vamos por partes, que hay bastante que contar.
Más de 310 millones de dólares en ingresos
Según su Informe Anual, la Fundación Linux cerró 2025 con unos ingresos brutos de aproximadamente 311 millones de dólares. Una cifra enorme, especialmente si la miramos desde la óptica del software libre. El gasto total previsto ronda los 285 millones, lo que deja claro que buena parte de ese dinero vuelve directamente al ecosistema en forma de proyectos, infraestructura y apoyo comunitario.
¿De dónde sale todo ese dinero? Principalmente de cuatro grandes fuentes:
Las membresías y donaciones son el pilar principal, aportando alrededor de 133 millones de dólares. Aquí están empresas, organizaciones y actores clave que dependen del open source y lo saben.
Los servicios de proyectos sumaron unos 84 millones, mientras que los patrocinios y eventos —incluyendo registros— aportaron cerca de 59 millones.
A esto se añaden los programas de formación y certificación, que generaron unos 30 millones, y otras fuentes menores que añadieron aproximadamente 6 millones más.
Todo junto, un volumen financiero que deja claro el peso real de la Fundación Linux en la industria tecnológica actual.
En qué se gasta el dinero la Fundación Linux
En el lado del gasto, la mayor partida no sorprende a nadie: el apoyo directo a proyectos, que se lleva alrededor de 182 millones de dólares. Aquí entra el alojamiento, mantenimiento y coordinación de cientos de iniciativas de código abierto que dependen de la Fundación para funcionar de forma ordenada y sostenible.
A partir de ahí, el dinero se reparte en áreas muy concretas:
La formación supone unos 22 millones, mientras que la infraestructura de proyectos ronda los 18 millones.
Los servicios relacionados con eventos absorben cerca de 17 millones, y las herramientas comunitarias otros 16 millones, esenciales para que desarrolladores y colaboradores puedan trabajar juntos de forma eficiente.
El kernel de Linux: una partida propia
Dentro de todo este entramado aparece una línea específica que muchos miran con lupa: el Proyecto del Kernel de Linux. En 2025, la Fundación destinó unos 8.4 millones de dólares directamente a este proyecto.
Puede parecer una cifra modesta comparada con el gasto total, pero conviene ponerla en contexto. Este dinero no es para “desarrollar código” como tal, sino para coordinar, mantener infraestructura crítica y gestionar administrativamente uno de los pilares absolutos del software moderno. El kernel de Linux está en servidores, nubes, móviles, dispositivos embebidos… prácticamente en todas partes.
Sin esa base organizativa, el desarrollo técnico sería mucho más caótico.
Operaciones, estructura y alcance global
El funcionamiento interno también tiene su coste. Las operaciones corporativas alcanzaron aproximadamente 16 millones de dólares, mientras que las operaciones internacionales sumaron unos 7 millones, cubriendo la coordinación global y administrativa de una organización que opera en todo el mundo.
Con todo esto, el gasto total previsto se queda ligeramente por debajo de los 285 millones de dólares.
Apoyo real a la comunidad
Uno de los puntos más interesantes del informe es el énfasis en la accesibilidad y la participación comunitaria. En 2025, la Fundación Linux destinó más de 1.5 millones de dólares a becas de viaje y registros para facilitar la asistencia presencial a eventos.
De esa cantidad, unos 900,000 dólares se dedicaron directamente a viajes, lo que permitió financiar cerca de 1,100 becas de registro. Un dato importante: alrededor del 60 por ciento de estos fondos se destinaron a personas de comunidades diversas, reforzando la idea de un ecosistema más inclusivo.
Un ecosistema enorme y muy diverso
Más allá de los números, la Fundación Linux ya da soporte a casi 1,500 comunidades de proyectos de código abierto. Y no todas miran al mismo sitio.
El bloque más grande corresponde a nube, contenedores y virtualización, con aproximadamente el 23 por ciento de los proyectos.
Le siguen redes y edge computing, con un 14 por ciento.
La inteligencia artificial, el aprendizaje automático, los datos y el análisis, junto con proyectos intertecnológicos, representan alrededor del 12 por ciento.
El desarrollo web y de aplicaciones se mueve en torno al 10 por ciento.
Luego vienen áreas algo más pequeñas, pero igualmente clave: privacidad y seguridad (5 por ciento), blockchain e IoT o sistemas embebidos (alrededor del 4 por ciento cada uno). El resto —DevOps, administración de sistemas, almacenamiento y el propio kernel de Linux— completa el mapa con porcentajes de un solo dígito.
Los números de 2025 dejan una idea bastante clara: la Fundación Linux no es solo un paraguas simbólico para el software libre. Es una estructura financiera y organizativa enorme, que mueve cientos de millones de dólares y que, con todas sus imperfecciones, sostiene buena parte del mundo tecnológico tal y como lo conocemos hoy.
Y sí, entre todas esas cifras, los 8.4 millones dedicados al kernel de Linux siguen siendo una pieza pequeña… pero absolutamente esencial.
Fuente: Linuxiac
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