Ubuntu Unity necesita más desarrolladores para sobrevivir: una llamada urgente desde la comunidad.

Publicado el 28 de octubre de 2025, 9:25

La comunidad detrás de Ubuntu Unity, ese sabor de Ubuntu que mantiene con vida el clásico escritorio Unity, está atravesando un momento complicado. Su futuro, de hecho, pende de un hilo. La razón es simple pero preocupante: falta de desarrolladores activos. Sin manos suficientes para mantener el proyecto, su supervivencia está en riesgo, y ahora sus responsables piden ayuda a la comunidad para que este querido escritorio no desaparezca.

Ubuntu Unity no logró lanzar su versión 25.10, y ese hecho encendió todas las alarmas. Los motivos fueron serios: errores críticos que impidieron declarar estable la ISO, y que además afectan tanto a las actualizaciones desde Ubuntu Unity 25.04 como a las instalaciones del escritorio sobre otros sabores de Ubuntu.

Maik Adamietz, uno de los dos principales desarrolladores que actualmente sostienen el proyecto, explicó la situación con total franqueza en el foro de Ubuntu. Su mensaje fue una mezcla de sinceridad, frustración y compromiso.

Como todos saben, esta vez no teníamos una versión estable de Ubuntu Unity 25.10 porque encontramos errores críticos que nos impedían marcar la ISO como lista. Pero estos errores también están presentes cuando se actualiza de 25.04 a 25.10 o se intenta instalar el escritorio Unity sobre otro sabor. También sé que hay más problemas arrastrándose desde las últimas versiones, desde la 24.10 en adelante, que necesitaban parches y arreglos, pero no sucedieron por falta de tiempo y manos”.

Adamietz resumió la situación con una frase contundente:

En resumen: empeoró, Unity está roto y necesita ser arreglado”.

En su declaración, Adamietz también mencionó a su compañero @fuseteam, con quien comparte el mantenimiento del proyecto. Ambos, dice, carecen de las habilidades técnicas necesarias para resolver ciertos problemas a nivel profundo, y eso los deja en una posición muy complicada.

Ni yo ni @fuseteam tenemos las habilidades técnicas o de desarrollador para hacer esto, y ambos no sabemos exactamente qué se necesita para ser mantenedores. Pero estamos buscando soluciones y lo que podamos hacer mientras tanto para mantener las cosas en marcha. Estamos en la misma página y dedicados cuando se trata de Ubuntu Unity”.

Esa frase refleja el espíritu que siempre ha caracterizado al software libre: la dedicación y la pasión, incluso cuando los recursos escasean. Pero también deja claro que el proyecto necesita refuerzos urgentes.

La petición está sobre la mesa: Ubuntu Unity necesita nuevos desarrolladores. Personas con conocimientos técnicos y ganas de colaborar, ya sea corrigiendo errores, ayudando en las compilaciones o contribuyendo al mantenimiento general del entorno.

El objetivo inmediato es simple: mantener el proyecto con vida. Pero también hay una meta más ambiciosa. Con la cancelación de la versión 25.10, el equipo espera rearmarse y entregar una versión sólida de Ubuntu Unity 26.04 LTS, que sería la próxima edición con soporte extendido.

Unity fue durante años el escritorio insignia de Ubuntu, hasta que Canonical decidió abandonarlo en 2017 para regresar a GNOME. Sin embargo, una parte de la comunidad se negó a dejarlo morir, y así nació Ubuntu Unity como sabor oficial. Desde entonces, este proyecto ha mantenido vivo ese diseño único, su lanzador lateral y su estilo minimalista tan característico.

Pero mantener un entorno de escritorio no es tarea sencilla. Requiere tiempo, conocimiento y una base sólida de colaboradores. Sin ellos, incluso los proyectos más queridos pueden extinguirse.

Por eso, este llamado no es solo una noticia técnica. Es una invitación a los entusiastas de Ubuntu y el software libre a participar, a devolver un poco de lo que Unity les dio en su momento.

El panorama no es fácil, pero tampoco imposible. Si algo ha demostrado la comunidad de Linux a lo largo de los años, es su capacidad para unirse cuando algo vale la pena. Y Ubuntu Unity, con su legado y su estilo inconfundible, lo vale.

De momento, Adamietz y su pequeño equipo seguirán buscando soluciones, tratando de mantener el proyecto en pie mientras llega la ayuda necesaria. Su esperanza es clara: que Ubuntu Unity no se convierta en otro capítulo cerrado de la historia de Linux, sino que logre reinventarse una vez más.

Quizás sea momento de que nuevos desarrolladores den un paso al frente. Porque, al final, los proyectos comunitarios solo sobreviven si hay quienes creen en ellos lo suficiente como para mantenerlos vivos.

 

Fuente: Phoronix

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