Windows 10 se despide: el adiós del sistema operativo más usado de la historia en su final de vida.

Publicado el 15 de octubre de 2025, 14:32

Hoy, 14 de octubre de 2025, se marca un antes y un después en la historia de Microsoft. Windows 10 llega oficialmente al final de su soporte, y con ello, deja de recibir actualizaciones de seguridad o mantenimiento. Dicho de otro modo: a partir de hoy, millones de ordenadores en todo el mundo quedan “a la intemperie”.

Y no estamos hablando de unos pocos equipos rezagados. Nada de eso. Windows 10 sigue instalado en aproximadamente el 40% de los ordenadores de escritorio del planeta. Eso significa que casi la mitad de los PC que usamos a diario siguen dependiendo de un sistema que, desde hoy, se considera inseguro… a menos que pagues por el soporte extendido o te acojas al año extra que Microsoft ha decidido conceder para suavizar la transición.

Nunca antes había pasado algo así. Ni siquiera los legendarios Windows XP o Windows 7, dos de los sistemas operativos más queridos por los usuarios, tuvieron tanta cuota de mercado cuando les llegó su “hora final”. Y eso, para Microsoft, es un auténtico problemón.

Un final con cifras históricas

Pensemos en la magnitud de este dato: cientos de millones de ordenadores en todo el mundo dejan de recibir actualizaciones a partir de hoy. En términos de ciberseguridad, eso es una pesadilla para empresas, gobiernos y usuarios domésticos.

Y si ampliamos la mirada a lo local, la situación en España pinta aún más curiosa: según Statcounter, hasta este mes Windows 11 no había logrado superar en cuota a Windows 10 en nuestro país. A nivel global, ese sorpasso se produjo hace meses, pero aquí seguimos siendo más “fieles” a lo que funciona.

Para entender mejor este escenario, vale la pena echar un vistazo atrás y recordar cómo fueron los finales de otros grandes Windows.

Windows XP: el sistema que se negó a morir

Cuando Windows Vista apareció en 2007, la mayoría de los usuarios simplemente lo ignoraron. Vista no llegó a alcanzar ni el 25% de cuota de mercado, y Windows XP, lanzado seis años antes, seguía dominando con mano de hierro.

De hecho, Windows 7 no consiguió superar a XP hasta septiembre de 2011, dos años después de su lanzamiento. En ese momento, ambos rondaban el 42% de cuota.

Cuando XP finalmente recibió su “última actualización” en abril de 2014, aún mantenía un sólido 19% del mercado. Pero la comparación con Windows 10 deja en evidencia lo que ocurre hoy: XP tenía más de una década encima y ya contaba con dos sucesores en el mercado. Windows 10, en cambio, sigue fresco y plenamente funcional en millones de equipos.

Windows 7: el otro inmortal

Algo parecido ocurrió con Windows 7, el sistema que muchos todavía recuerdan con nostalgia. Tras el tropiezo de Windows 8 y su fallido intento de “reinventar” la interfaz, 7 se mantuvo fuerte hasta el final.

Cuando llegó a su fecha de fin de soporte en enero de 2020, también con unos 10 años de vida, Windows 7 todavía tenía alrededor del 25% de cuota mundial. Windows 8 —ni siquiera sumando 8 y 8.1— logró superar el 23%, y Windows 10 tardó dos años y medio en arrebatarle el trono.

El reinado (y lento ocaso) de Windows 10

Tras aquellos años turbulentos, Windows 10 fue la reconciliación definitiva entre Microsoft y los usuarios. Prometía ser “la última versión de Windows”, un sistema que se actualizaría constantemente en lugar de lanzar nuevas ediciones.

Y vaya si triunfó. Fue el único sistema desde XP que superó de forma sostenida el 70% de cuota, e incluso llegó a rozar el 80% durante algunos meses. Pero entonces llegó Windows 11, con su polémica lista de requisitos de hardware —como el famoso chip TPM 2.0—, y esa transición se volvió mucho más lenta de lo que Microsoft habría deseado.

Tres años y medio después de su lanzamiento, Windows 11 apenas ha conseguido superar a Windows 10, un logro que llega justo cuando este último “muere oficialmente”.

¿Y ahora qué?

Microsoft sabe que este no es un final cualquiera. La compañía ha tomado medidas excepcionales para permitir que las empresas y usuarios domésticos sigan recibiendo soporte de seguridad durante un año más, previo pago o a través de licencias extendidas. Es un intento de ganar tiempo, sobre todo para las organizaciones que dependen de equipos que no pueden actualizarse fácilmente.

En el horizonte ya se empieza a hablar de Windows 12, que podría seguir la antigua cadencia de lanzamientos que conocimos con Windows 7, 8 y 10. Si eso se cumple, el nuevo sistema llegaría en los próximos meses.

Pero mientras tanto, lo cierto es que hoy se cierra una etapa. Windows 10 no solo fue uno de los sistemas más estables y duraderos de Microsoft, sino también uno de los más queridos. Y aunque el soporte termine, su legado —y su enorme presencia— seguirán sintiéndose durante años.

El problema es que, a partir de hoy, ese legado empieza a ser también un riesgo.

 

Fuente: Genbeta

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