
En el mundo Linux siempre hay movimiento, y esta vez le toca el turno a las tiendas de aplicaciones. Bazaar acaba de aparecer en escena y viene con ganas de cambiar la forma en la que buscamos, descubrimos e instalamos software. No es “otra tienda más”: está pensada para quienes usamos Flatpak, con Flathub como protagonista absoluto, y trae un enfoque fresco tanto en diseño como en rendimiento.
Si usas GNOME, KDE o distros como Bazzite dentro del ecosistema Universal Blue, quizá te interese seguirle la pista. Y si no, igualmente vale la pena conocerlo porque apunta a convertirse en una pieza clave en el escritorio Linux moderno.
¿Qué es exactamente Bazaar y por qué debería importarte?
A simple vista, Bazaar es una tienda de apps. Pero la idea va un poco más allá:
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Su misión es hacer más fácil descubrir aplicaciones desde Flathub y otros remotos Flatpak.
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Tiene un fuerte énfasis en apoyar a los desarrolladores: verás enlaces de donación bien visibles, estadísticas de descargas y más información de la habitual para darles protagonismo.
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Incluye una pestaña Curated (curada) que cada distro puede personalizar. Eso significa que, si usas una distro concreta, podrás ver recomendaciones adaptadas a tu entorno y no un catálogo genérico.
A diferencia de GNOME Software o Discover, Bazaar intenta reducir ruido: menos líos con múltiples fuentes de instalación, más claridad en la experiencia, y una interfaz limpia con capturas grandes que ayudan a decidir si instalar algo o no.
Rendimiento: rápido, fluido y multitarea
Uno de los puntos fuertes de Bazaar es lo suave que se siente. Técnicamente está construido con arquitectura multihilo y con la interfaz desacoplada del backend. Traducido: puedes estar bajando o desinstalando apps y seguir navegando sin que todo se congele.
Además, funciona como un servicio en segundo plano. Eso significa que si cierras la ventana, las tareas siguen corriendo, y cuando vuelves, ahí está todo esperándote.
Y para redondear, se integra con la búsqueda del escritorio: funciona con GNOME Search vía D-Bus y tiene plugin para KRunner en KDE, así que puedes lanzar apps directamente desde el buscador de tu entorno sin abrir la tienda.
Diseño: visual y práctico
La interfaz sigue un esquema de dos paneles: a la izquierda la lista de apps, a la derecha la ficha detallada.
En cada ficha ves:
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Licencia.
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Origen (qué remoto Flatpak).
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Web del desarrollador.
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Tamaño de descarga.
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Capturas grandes ocupando buena parte del espacio.
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Enlaces de soporte o donación arriba del todo, bien visibles.
También hay un botón para compartir enlaces y fomentar que recomendemos apps a otros usuarios.
En la parte de curación, las distros pueden jugar a su favor: por ejemplo, si ya incluyen Steam preinstalado, pueden ocultar el Flatpak de Steam para que no tengas duplicados. La idea no es censurar, sino evitar confusiones y ofrecer una experiencia más clara.
Comparación con otras tiendas
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GNOME Software: tiene más mezcla de fuentes y a veces se siente pesado. Bazaar va directo al grano con enfoque Flathub-first.
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App Center de Ubuntu: empuja Snap, mientras que Bazaar apuesta por Flatpak.
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Discover (KDE): cumple, pero hay quien lo encuentra recargado. Bazaar ofrece un look más limpio y visual.
Instalación y disponibilidad
Bazaar ya está disponible en Flathub, así que instalarlo es tan fácil como cualquier otro Flatpak. La app pesa unos ~12 MiB, aunque si no tienes el runtime de GNOME actualizado, puede que se descargue algo más.
En distros como Bazzite, Bazaar ya reemplaza al centro de software anterior: al abrir “Software Center” se lanza Bazaar y se fija en el dock por defecto.
Día a día con Bazaar
Lo básico funciona de maravilla: buscar apps, ver descripciones, capturas, instalar, desinstalar y actualizar. El panel de actualizaciones incluso muestra las notas de cada versión y permite aplicarlas sin bloquear la interfaz.
Un detalle diferencial es el peso que se da al desarrollador: enlaces de donación arriba del todo y métricas de descargas bien visibles. Esto ayuda a reforzar la sostenibilidad del ecosistema.
El lado humano: donaciones y apoyo
Todos sabemos que financiar software libre no es fácil. Bazaar intenta poner su granito de arena mostrando claramente cómo apoyar a los devs. Desde enlaces a Ko-fi hasta ideas más ambiciosas en colaboración con Flathub, la meta es ir más allá del “donar por amor al arte” y construir un modelo más sostenible.
Estado actual y lo que falta por mejorar
El proyecto es joven y va muy rápido. Cada semana hay mejoras y correcciones. Eso sí, no todo es perfecto: por ejemplo, en las pruebas falta un botón de “atrás” más obvio. A veces para volver a la pantalla inicial toca cerrar y reabrir la app, algo que deberían pulir pronto.
En resumen
Bazaar se siente como una puerta de entrada moderna a Flathub:
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Rápida.
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Visual.
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Con curación personalizable.
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Integrada en la búsqueda del escritorio.
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Y con un mensaje claro: dar más visibilidad y apoyo a los desarrolladores.
No viene a sustituir a Flathub, sino a ser su escaparate preferido. Y si termina consolidándose, podría simplificar mucho la vida de quienes usan Linux a diario y quieren descubrir software sin perderse entre opciones.
Fuente: Linuxaddictos
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