VirtualBox 7.2 aterriza con soporte para Windows 11 ARM y compatibilidad con Linux 6.16.

Publicado el 16 de agosto de 2025, 9:45

Oracle acaba de dar un paso importante en el mundo de la virtualización. Hoy, 14 de agosto de 2025, se anunció el lanzamiento de VirtualBox 7.2, la nueva versión de esta popular herramienta multiplataforma que millones de usuarios utilizan a diario para correr sistemas operativos en máquinas virtuales. Y aunque pueda sonar a una actualización más, en realidad trae consigo avances que muchos llevaban esperando desde hace tiempo.

Lo más esperado: soporte para Windows 11 ARM

Sí, finalmente ha llegado. Con VirtualBox 7.2, Windows 11 en ARM puede ejecutarse no solo como plataforma anfitriona —es decir, el sistema principal desde el que levantamos nuestras máquinas virtuales—, sino también como invitado dentro de una VM gracias a las nuevas Guest Additions.

En la práctica, esto significa que quienes usen un equipo basado en ARM, como las nuevas laptops que empiezan a popularizarse con esta arquitectura, podrán ejecutar VirtualBox con mayor fluidez. Y no solo eso: los desarrolladores y entusiastas que quieran experimentar con Windows 11 ARM dentro de una máquina virtual también podrán hacerlo con soporte oficial. Es un movimiento que abre un abanico de posibilidades y que, de paso, refuerza la relevancia de VirtualBox en un escenario tecnológico que cada vez se inclina más hacia ARM.

Compatibilidad con Linux 6.16

Otra de las novedades destacadas es la compatibilidad con el kernel de Linux 6.16. Puede sonar técnico, pero tiene un gran peso práctico: significa que VirtualBox 7.2 está listo para trabajar sin fricciones en las distribuciones que pronto adoptarán este kernel, ofreciendo estabilidad y soporte a los usuarios que siempre van un paso adelante en la actualización de sus sistemas.

En otras palabras, quienes usen Linux como anfitrión podrán seguir disfrutando de VirtualBox sin miedo a incompatibilidades molestas, algo que en versiones anteriores solía ser un pequeño dolor de cabeza cuando aparecía un nuevo kernel.

Una interfaz más pulida y mejoras bajo el capó

VirtualBox no solo se enfoca en lo técnico. Con esta versión, la interfaz de usuario recibe mejoras sutiles pero bienvenidas, pensadas para simplificar la gestión de máquinas virtuales y hacer la experiencia más clara y fluida. No estamos hablando de un rediseño radical, pero sí de esos pequeños ajustes que hacen que cada clic sea más natural y menos engorroso.

Además, se han reforzado las integraciones con Windows Hyper-V, lo que se traduce en un mejor rendimiento cuando VirtualBox coexiste con este hipervisor. Para quienes trabajan en entornos donde ambos mundos se cruzan, este ajuste puede marcar la diferencia en términos de estabilidad y velocidad.

Correcciones, optimizaciones y la sensación de madurez

Más allá de las grandes novedades, VirtualBox 7.2 llega acompañado de una larga lista de correcciones y mejoras menores que atacan esos detalles que, aunque no siempre hacen titulares, sí terminan afectando el día a día de los usuarios. Rendimiento, estabilidad, compatibilidad: todo suma para ofrecer una herramienta más robusta y confiable.

Da la impresión de que VirtualBox está entrando en una etapa de madurez plena. Ya no se trata solo de ofrecer soporte a lo básico, sino de mantenerse a la altura de un ecosistema que cambia a gran velocidad. ARM, kernels nuevos, integración con hipervisores… todo avanza, y Oracle parece decidida a no quedarse atrás.

VirtualBox en Linux: una relación que se fortalece

Vale la pena detenerse un momento en el papel de VirtualBox dentro del mundo Linux. Para muchos usuarios, sobre todo aquellos que desarrollan, prueban software o simplemente disfrutan de experimentar con diferentes sistemas, VirtualBox es una herramienta indispensable. Y el hecho de que ahora llegue lista para trabajar con Linux 6.16 demuestra un compromiso claro: seguir siendo un aliado confiable para la comunidad del pingüino.

En tiempos donde otras soluciones de virtualización también ganan terreno, esta compatibilidad refuerza la confianza en VirtualBox y asegura que quienes apuestan por Linux no se queden fuera de la jugada.

 

VirtualBox 7.2 no es solo una actualización más. Es un lanzamiento que marca un antes y un después en el soporte para Windows 11 ARM, que afianza su compatibilidad con los kernels modernos de Linux y que pule la experiencia general de uso.

Para quienes necesitan una herramienta versátil, estable y siempre lista para los cambios del ecosistema tecnológico, esta versión es una invitación clara: actualizar y seguir explorando sin miedo a los límites.

 

Fuente: Phoronix

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