Mozilla se Replantea el Rumbo: Firefox se Va a GitHub y Pocket Dice Adiós.

Publicado el 23 de mayo de 2025, 14:34

No es fácil escribir esto, pero tampoco es sorpresa. Mozilla ya no está en su mejor momento. Hace tiempo que dejó de ser aquel faro brillante del software libre, y aunque muchos aún guardamos esperanza, la realidad se impone: decisiones difíciles, cambios estratégicos… y una sensación incómoda de que algo se está perdiendo por el camino.

Los dos últimos anuncios lo confirman. Por un lado, el desarrollo de Firefox se traslada a GitHub. Por otro, Pocket cierra sus puertas. Dos noticias distintas, sí, pero claramente conectadas. Dos piezas de un mismo puzle que muestra a una Mozilla en plena reestructuración, tratando de encontrar aire.

Firefox se muda a GitHub: ¿pragmatismo o rendición?

Hace unos días, Mozilla comunicó oficialmente que todo el desarrollo de Firefox se moverá a GitHub, abandonando su infraestructura interna. A simple vista, suena bien: herramientas modernas, más colaboración, flujo de trabajo optimizado. Incluso lo presentaron como una manera de “aliviar la carga operativa”.

Pero no hace falta leer entre demasiadas líneas para entender lo que eso realmente significa: recortar costes.

Y no hablamos solo de apagar servidores. También hay personas detrás de esa “carga operativa”. Equipos técnicos, especialistas, gente que durante años sostuvo la estructura que ahora se considera innecesaria.

Claro, a nivel técnico tiene sentido. GitHub es una plataforma potente, familiar para los desarrolladores, y puede facilitar muchas cosas. Pero desde una perspectiva simbólica... se siente como un paso atrás. Firefox, uno de los pocos grandes proyectos que aún conservaba su autonomía tecnológica, ahora depende de una plataforma propiedad de Microsoft.

¿Ironía? ¿Realismo? Quizás un poco de ambos. Pero el sabor que deja es amargo.

Pocket y Fakespot: servicios útiles que ya no caben

Y mientras la mudanza de Firefox se pone en marcha, otra noticia cae como una piedra: Mozilla cierra Pocket. Ese pequeño pero querido servicio que permitía guardar artículos para leer después, integrado en el navegador desde hace años, desaparecerá el próximo 8 de julio.

Junto a él también cae Fakespot, esa herramienta que prometía ayudarte a evitar reseñas falsas cuando comprabas en línea. Nunca fue demasiado popular, pero era útil. Cerrará incluso antes: el 1 de julio.

¿La razón oficial? Mozilla dice que quiere “invertir en lo que hace avanzar Internet”. Pero... ¿acaso Pocket y Fakespot no hacían justo eso? ¿No ayudaban a que los usuarios navegaran mejor, de forma más segura y eficiente?

Aquí es donde el discurso empieza a hacer aguas. Porque si “hacer avanzar Internet” se traduce simplemente en centrarlo todo en Firefox, quizás estamos entendiendo Internet de forma demasiado estrecha.

Una decadencia que ya olía

No es la primera vez que vemos algo así. Mozilla lleva años tomando decisiones difíciles, algunas cuestionables. Ha invertido en proyectos que no llegaron a nada, ha recortado plantillas, ha intentado abrir nuevas vías de ingresos... y a menudo, se ha equivocado en el proceso.

La paradoja es dolorosa: un proyecto sin ánimo de lucro, que despide empleados mientras su CEO se sube el sueldo. Un navegador que presume de independencia mientras depende financieramente de Google (hasta en un 80 % en ciertos años). Y lo más grave: una comunidad que empieza a desconfiar.

Sí, Firefox ha mejorado. Es más rápido, más eficiente, más respetuoso con el usuario. Pero esa mejora técnica no siempre compensa el desgaste emocional. Porque cuando un proyecto pierde su alma —esa identidad que lo hacía diferente—, recuperarla es complicado.

¿Demasiado tarde?

La pregunta flota en el aire. ¿Está Mozilla a tiempo de reencontrarse? ¿Puede Firefox seguir siendo esa alternativa libre y robusta que muchos aún necesitamos?

Yo quiero creer que sí. Porque, al fin y al cabo, sigue siendo el único gran navegador que no está basado en Chromium. Y eso importa. Mucho.

Pero para que de verdad importe, Mozilla tiene que dejar de apagar incendios y volver a construir. Con visión. Con honestidad. Con esa mezcla de idealismo y rebeldía que una vez la hizo única.

Aún hay camino. Pero hay que querer recorrerlo.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios