Fish 4.3 afina la experiencia: scripting más claro, mejor interacción y terminales más pulidos.

Publicado el 29 de diciembre de 2025, 9:52

Fish 4.3 ya está aquí, y llega como ese pequeño empujón final antes de cerrar el año que muchos usuarios estaban esperando. No es una revolución que lo cambie todo de golpe, pero sí una actualización sólida, bien pensada, y con mejoras que se notan en el día a día. De esas que, cuando llevas un rato usándolas, te preguntas cómo has podido vivir sin ellas.

El anuncio llega firmado por Michael Larabel, en la recta final de diciembre de 2025, y confirma que el proyecto no ha bajado el ritmo ni siquiera después de un año especialmente intenso para el shell.

Porque conviene recordarlo: Fish 4.0 vio la luz a principios de este mismo año, con un cambio interno enorme. La base de código pasó de C++ a Rust. Una decisión valiente, arriesgada, y que sentó las bases de todo lo que estamos viendo ahora. Fish 4.3 es, en buena medida, la confirmación de que aquella transición no solo fue correcta, sino necesaria.

Más cómodo para escribir scripts, sin complicaciones

Uno de los focos claros de Fish 4.3 está en el scripting. El shell gana nuevas capacidades internas, entre ellas un nuevo comando de lenguaje de estado, pensado para hacer los scripts más expresivos y fáciles de mantener. No es un cambio rompedor, pero sí de esos que agradeces cuando tus scripts empiezan a crecer y necesitas claridad más que trucos ingeniosos.

La sensación general es que Fish sigue apostando por su filosofía de siempre: hacer las cosas simples, legibles y previsibles. Menos sorpresas, menos comportamientos raros, y más código que se entiende incluso meses después de haberlo escrito.

Pequeños cambios que mejoran mucho la interacción

En el terreno interactivo, Fish 4.3 también trae ajustes que parecen pequeños… hasta que los usas. Por ejemplo, Ctrl + W ahora elimina también los espacios escapados. Puede sonar técnico, pero en la práctica se traduce en menos pulsaciones, menos correcciones manuales y menos frustración cuando estás editando comandos largos en la terminal.

Además, llegan nuevas funciones especiales de entrada, pensadas para afinar todavía más la experiencia al escribir comandos. Fish siempre ha destacado por su autocompletado y su interacción amigable, y esta versión pule aún más esos detalles que marcan la diferencia cuando pasas horas en la consola.

Mejor relación con los terminales

Otro punto importante de Fish 4.3 es el mejor soporte de terminales. Hay mejoras repartidas por distintos frentes, todas orientadas a que Fish se comporte mejor en más entornos, con menos inconsistencias y menos casos raros. No es algo que se note de inmediato con un gran titular, pero sí algo que se agradece con el tiempo, especialmente si usas distintos emuladores de terminal o configuraciones poco comunes.

Correcciones que limpian el camino

Y, como no podía ser de otra forma, esta versión también incluye correcciones de regresiones que venían arrastrándose desde Fish 4.1 y 4.2. Fallos pequeños, comportamientos inesperados, detalles que no funcionaban como debían. Nada especialmente grave, pero sí lo suficiente como para que merezca la pena actualizar y empezar 2026 con una base más pulida.

Un cierre de año coherente para Fish

Fish 4.3 no intenta llamar la atención con fuegos artificiales. No los necesita. Es una actualización que refuerza lo que Fish ya hace bien: ser un shell moderno, cómodo, amable y potente sin exigirle al usuario que se convierta en un experto en cada rincón del sistema.

Después de un año marcado por el salto a Rust, esta versión actúa como una especie de ajuste fino. Todo encaja un poco mejor. Todo fluye un poco más. Y al final, cuando trabajas en la terminal a diario, eso es justo lo que importa.

 

Fuente: Phoronix

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