
Sabíamos que venía, pero no sabíamos cuándo. Ahora parece que ya tenemos una idea más clara. Las próximas CPUs de escritorio Zen 6 de AMD, esas que muchos entusiastas están esperando con ansias, podrían no llegar hasta finales de 2026. Así lo sugiere Moore’s Law Is Dead, uno de los filtradores más consistentes del ecosistema tecnológico.
Sí, todavía falta. Pero detrás de esta espera, hay una estrategia clara… y bastante interesante.
¿Qué está tramando AMD?
La información apunta a un lanzamiento escalonado. Es decir, Zen 6 no aparecerá de golpe para todos los segmentos, sino que irá desplegándose por fases:
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Primero, llegarán las APUs Medusa Point (procesadores con GPU integrada) y los chips EPYC para servidores, ambos fabricados en el nodo N2P y programados para la primera mitad de 2026.
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Después, y con algo más de paciencia, será el turno de las CPUs de escritorio más potentes, con nombre en clave Olympic Ridge, construidas en el nodo N2X. Estas, según las filtraciones, no verían la luz hasta finales de ese mismo año.
Esto, aunque pueda parecer una mala noticia para quienes tienen su PC de sobremesa listo para una gran actualización, en realidad responde a una decisión táctica muy calculada por parte de AMD.
Olympic Ridge: lo mejor se hace esperar
Olympic Ridge no es cualquier chip. Se trata de la línea tope de gama dentro de la familia Zen 6, destinada a los equipos de escritorio que buscan el máximo rendimiento posible. Y no solo eso: se fabricará utilizando N2X, un nodo de fabricación de última generación, presumiblemente una evolución exclusiva del proceso de 2 nm de TSMC.
Lo cierto es que trabajar con tecnología tan avanzada no es tarea fácil. Requiere tiempo, validación, y sobre todo, mucha precisión en la fabricación. Por eso, tiene sentido que AMD lo deje para el final. No se trata de retraso, sino de maduración tecnológica.
En cambio, algunas CPUs de escritorio más convencionales —quizás con menor TDP o dirigidas a presupuestos más ajustados— podrían debutar antes, usando N2P o incluso N3P, ya en verano de 2026.
Pero si quieres lo mejor de lo mejor… tendrás que esperar hasta el último trimestre.
Un rompecabezas de nodos: estrategia multinivel
Aquí es donde la cosa se pone técnica, pero muy reveladora. AMD no lanzará todos sus chips Zen 6 con el mismo proceso de fabricación. Está jugando con diferentes nodos según el producto, y eso le permite optimizar tiempos, costes y eficiencia.
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N3P (una versión mejorada de 3 nm) para productos de consumo menos exigentes.
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N2P para servidores y APUs, donde el volumen y la eficiencia pesan más que las cifras brutas de rendimiento.
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Y el ya mencionado N2X, reservado para los chips de escritorio que van a romper récords.
Este enfoque no solo tiene lógica. Es pura ingeniería comercial. AMD se adapta a lo que necesita cada segmento, sin precipitarse ni saturar líneas de producción con demandas imposibles.
¿Y por qué no comenzar por escritorio?
Es comprensible que muchos sientan cierta desilusión. Después de todo, el escritorio ha sido históricamente el escaparate principal para mostrar músculo. Pero los tiempos han cambiado.
Hoy en día, servidores y portátiles mandan. Son mercados más rentables, más estables y con mayor volumen de ventas. AMD lo sabe, y por eso prefiere lanzar primero sus Zen 6 en esos frentes. Es una jugada segura. Inteligente.
Además, esto le permite pulir el diseño, mejorar la producción y ajustar los drivers antes de dar el salto al mercado entusiasta, donde cada fallo se mide con lupa. Una vez todo esté afinado, entonces sí: llegará el momento de Olympic Ridge.
Y ahí es cuando la espera cobrará sentido.
¿Qué podemos esperar de Zen 6?
Aunque todavía no tenemos todos los detalles sobre la mesa, algunas cosas ya se intuyen:
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Mejoras importantes en el IPC (instrucciones por ciclo), lo que se traduce en más potencia por núcleo.
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Mayor densidad de núcleos por chiplet, aprovechando la eficiencia del nodo N2X.
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Posibles aceleradores dedicados para inteligencia artificial.
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Compatibilidad con nuevas tecnologías como DDR6 o PCIe 6.0 (o al menos, las versiones más rápidas de DDR5).
No es simplemente una evolución. Zen 6 podría marcar un salto cualitativo. Pero AMD quiere hacerlo bien.
Sí, 2026 suena lejano. Pero si lo miramos bien, este enfoque habla muy bien de AMD. Está apostando fuerte por una arquitectura ambiciosa, rompiendo con el ritmo clásico y apostando por nodos punteros donde más importa.
Puede que tengas que esperar un poco más para cambiar de CPU, pero si lo haces… es muy probable que Zen 6 valga cada día de esa espera.
Al fin y al cabo, el verdadero progreso no siempre llega el primero. A veces, simplemente llega mejor.
Fuente: notebookcheck
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