La transición de KDE Plasma a Wayland entra en su recta final en 2025.

Publicado el 29 de diciembre de 2025, 14:02

Hay transiciones que se hacen notar poco a poco. Sin ruido, sin grandes titulares… hasta que un día miras atrás y te das cuenta de todo lo que ha cambiado. Eso es, más o menos, lo que está pasando con KDE Plasma y Wayland.

En una de sus entradas recientes, el desarrollador de KDE Nate Graham hizo balance del año y dejó una idea bastante clara flotando en el aire: la transición de Plasma a Wayland está cerca de completarse. No es una frase lanzada a la ligera. Todo apunta a que KDE se prepara para ser un escritorio exclusivamente Wayland a principios de 2027.

Y viendo lo ocurrido en 2025, la afirmación tiene bastante peso.

Un año clave para Wayland en KDE Plasma

Si algo ha marcado este año dentro del proyecto KDE, ha sido el trabajo constante —y muy técnico— alrededor de Wayland. No se trata de pequeños retoques ni de cambios cosméticos, sino de avances profundos que afectan directamente a la experiencia diaria de quienes usan Plasma como escritorio principal.

Durante 2025 se ha trabajado en aspectos tan relevantes como la gestión de HDR y del color, un punto crítico en pantallas modernas. También ha llegado soporte para color de vídeo P010, esencial para contenidos de alta calidad, junto a mejoras claras en la integración con tabletas de dibujo, algo largamente esperado por ilustradores y diseñadores.

La accesibilidad ha seguido avanzando, sin quedarse relegada, y se han pulido elementos clave como los planos superpuestos, la emulación de RandR, la duplicación de pantalla y el soporte para modos personalizados. A esto se suman mejoras en la preautorización de permisos basada en portales, reforzando la seguridad sin sacrificar comodidad, y un trabajo importante en el portapapeles y la comunicación entre procesos.

Además, a lo largo del año se han implementado varios protocolos recientes de Wayland, entre ellos xdg-toplevel-tag, color-representation, fifo, xx_pip y otros. Es ese tipo de trabajo que no siempre se ve, pero que sostiene todo lo demás.

Lo que aún no está perfecto (y KDE lo reconoce)

Nadie dentro de KDE pretende vender una transición idílica. El propio Nate Graham lo dice con bastante franqueza: el soporte Wayland de Plasma todavía no es perfecto. Y recuerda algo importante: X11 tampoco lo fue.

A día de hoy, las dos principales fuentes de quejas siguen siendo bastante claras. Por un lado, la restauración de la posición de las ventanas, que en algunos casos no funciona como debería. Por otro, el uso de RDP sin cabeza, especialmente en entornos más avanzados o profesionales.

La parte positiva es que el equipo es plenamente consciente de estos problemas y está trabajando activamente en ellos. No hay promesas cerradas ni fechas mágicas, pero sí una garantía clara: el esfuerzo está ahí.

Una transición larga, compleja y necesaria

Este proceso no ha sido rápido. Tampoco especialmente ordenado. Ha llevado años y ha consumido una enorme cantidad de recursos humanos y técnicos. Y precisamente por eso, Graham no oculta cierto cansancio ni su deseo de cerrar esta etapa cuanto antes.

Según sus propias palabras, 2026 debería ser el año clave, el momento en el que todo el trabajo acumulado permita dar el último empujón. La meta está bien definida: preparar el terreno para el final definitivo de la sesión Plasma X11 en 2027.

Qué viene ahora para Plasma

El plan actual pasa porque Plasma 6.8 marque un antes y un después. Esta versión se convertiría en exclusiva de Wayland, eliminando la posibilidad de iniciar sesión bajo X11, aunque manteniendo el soporte para clientes XWayland. Es decir, se abandona el viejo servidor gráfico, pero sin romper de golpe la compatibilidad con aplicaciones heredadas.

Un paso firme, pero medido.

Mucho más que Wayland

Aunque Wayland se lleve gran parte del protagonismo, 2025 también ha sido un año muy productivo para KDE Plasma en otros frentes. Han llegado mejoras visibles como el soporte para esquinas inferiores redondeadas en las ventanas, la posibilidad de clonar paneles y una buena cantidad de ajustes de UI y UX que hacen que el escritorio se sienta más coherente y pulido.

Son detalles, sí. Pero suman. Y cuando se juntan con todo el trabajo de fondo en Wayland, dejan claro que Plasma no solo se prepara para dejar atrás X11. Está cerrando una etapa histórica y construyendo otra con calma, con errores, con aprendizaje… pero con una dirección muy clara.

 

Fuente: Phoronix

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